miércoles, 6 de marzo de 2013

Comentario N°5




La entrevista realizada por  Revista Semana a César Rodríguez Garavito, cofundador del  libro “Adiós río”, muestra en primer lugar que el periodista tiene un proceso investigativo del tema, quizá  antes de hacer la entrevista, leyó el libro para estar mejor informado.

El libro narra cómo una comunidad embera fue desarraigada por la construcción de la represa de Urrá y la violencia.

El objetivo de la entrevista es conocer el punto de vista del entrevistado, relacionado con la investigación que evidenció en el libro.

En ningún momento de la entrevista el periodista tuteo al señor Rodríguez, esto demuestra su profesionalismo.

Las preguntas de la entrevista son básicamente  fáticas, llevan a respuestas concretas y buscan saber las consecuencias que dejo la construcción de la represa en el río Urrá,  y por qué no se realizó la consulta previa con las comunidades indígenas, la cual es un derecho y  una garantía de control democrático de los daños, esto impide abusos y no es una piedra en el zapato para el desarrollo, cómo piensan algunos sectores del país.

El entrevistado al parecer no tenía ninguna restricción para responder las preguntas y le brinda información valiosa al periodista, como por ejemplo, los intereses políticos que habían detrás de la construcción de la represa,  de los ganaderos y terratenientes que veían la represa como una posibilidad de desarrollo y una solución para las continuas inundaciones y los habitantes de la región que pensaban que la represa  sería una fuente de energía eléctrica estable, pero se olvidaron de los indígenas, como los embera katíos  y que uno de sus recursos principales para su subsistencia era el agua del río.

En este proceso, hubo líderes asesinados por oponerse a la represa como Kimy Pernía, que decía que “los embera no son ciegos ni se oponen al desarrollo, pero sí se opone al desarrollo ciego”.

Con las respuestas que dio Rodríguez, el lector puede construir un contexto de la situación de los indígenas en la actualidad, que a pesar de que han pasado aproximadamente 20 años de la construcción de la represa, su situación ha ido empeorado dramáticamente, esto ha provocado su desplazamientos a otros lugares, la reducción de la población, entre otros.




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