miércoles, 6 de marzo de 2013

Taller: Investigación periodística y ética

2. Verifique si dicho texto responde su compromiso con la verdad.


Fragmento de: El Colombiano
Reportaje: Urabá, la tierra de las disputas eternas

Tomado de: Imágenes Google


Las irregularidades
El 25 de julio de 2005, el presunto despojador de José María fue asesinado a tiros. Desde entonces, dice el labriego, quién quedó detrás de sus tierras fue José Vicente Cantero. “Él me puso varias citas con jueces –cuenta- para reclamar lo que dice que es de él, pero que es mío”.
Fue así como José María conoció una oficina del Estado, en la que algunos jueces y abogados le insinuaron que recibiera primero cuatro millones de pesos, luego seis y luego diez, para que evitara problemas.
“Yo le que ninguna plata valía mi finca, la doctora me dijo que mi esposa había firmado papeles y yo le dije que eso era falso”.
Irregularidades como la que vivió José María fueron encontradas en los estudios adelantados por la Super Intendencia de Notariado y Registro en el norte de Urabá. A demás de la participación de notarios y funcionarios de Incoder y del Incora que, según Vélez, se prestaron para los fraudes en esas tierras.
“Acá hubo participación de todo el mundo. Hay resoluciones del Incora de 1999 que ya tenía impresa la palabra de Incoder y que fueron inscritas. ¿Cómo sabían que se crearía Incoder?”, preguntan en la Super Intendencia de Notariado.
Al respecto, Gerardo Vega, director de la Fundación Forjando Futuro, asevera que en Urabá lo que hubo fue una oficina alterna del Incoder “para expedir títulos falsos. De esto tenemos 700 casos de resoluciones expedidas por el Incoder o el Incora y que fueron revocadas y entregadas a otros propietarios”.

Tierra ¿en manos de quién?
César Acosta, coordinador de la Oficina de Tierras en Urabá cuenta que la mayoría de los predios que los campesinos reclaman están en poder de los ganaderos. “En algunas zonas agrícolas que fueron sujeto de reforma agraria o parcelaciones del Incora, se han concentrado algunos terratenientes. Hay una tendencia a utilizar las tierras para ganaderías pero no tenemos estadísticas”, afirma.
Pero Geraldo Vega dice que la tierra de los despojados “están en manos de ganaderos, palmicultores y empresarios bananeros”, argumento que también expone Carlos Páez, cuando afirma que, “desde el 93 para acá, surgió uno de los mayores desplazamientos del país. El 95 por ciento de las tierras quedó en manos de los empresarios ganaderos, bananeros y palmicultores”.
Según Paéz, los que insisten en conservar la tierra, lo hacen porque saben que con los grandes proyectos “como la carretera Panamericana o las autopistas que nos conectaran con Córdoba, las tierras cobran un valor inmenso, por eso las han quitado”.
Los señalamientos a algunos bananeros, como despojadores han sido una constante entre algunos de los exjefes paramilitares, entre ellos “Raúl Hasbún”. En las versiones libres han señalado, incluso, que recibieron aportes de algunos de los productores para  “la causa paramilitar”.
El empresario bananero Gabriel Harry Hinestroza se reserva su opinión frente a las declaraciones de los exjefes de la AUC y asevera que de lo que “se puede dar fe es que el eje bananero, en lo que respecta a la tendencia de la tierra en fincas de banano, han sido bien habidas y así lo manifiesta la Superintendencia de Notariado y Registro”.  

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